Cuánto hace...



¿Cuánto tiempo hace que no 
te rindes cuentas ante ti misma?
¿Hace cuánto que no te susurras?
¿Cuánto llevan las nubes tapando tu mirada?
¿Hace cuántas semanas que no te sientas, 
te desmaquillas de opiniones ajenas 
y pierdes el debate con tu reflejo?
Ese que te muestra la verdad sin jugadas,
ese que tanto evitas encontrar.
¿Hace cuánto que no confías en tus amigos,
que tus enemigos se han convertido en tu espada
y de tu espalda ya no asoman las huellas del vuelo?
¿Hace cuánto?
No respondas.
Prefiero recordarte serena y decidida,
con una vida por delante 
y sin recoger la huellas.
Prefiero ser ignorante 
de tu metamorfosis hacia el olvido,
de tus ganas hechas un ovillo en la esquina,
tiritando de frío.
¿En qué momento te rendiste?
¿En qué segundo se volvieron fríos tus ojos 
y tus manos soltaron por el precipicio 
todo aquello que pretendías superar?
Trágate tu orgullo y vuelve a vivir.
Vivir.
Eso que a tantos les cuesta aprender.
Vivir.
Eso que tanta falta le hace a tu historia. 
Trágate tus miedos y suda ganas.
¿Hace cuánto?

Ella




He who slowly destroys his own self-esteem,
who does not allow himself to be helped,
who spends days on end complaining about his own bad luck, 
about the rain that never stops,
dies slowly - Martha Medeiros


Mírala.
Mirala a ella que fue la primera que me abandonó.
Mírala amar y amarse.
Cuánta belleza.

Desde que se fue ha aprendido 
a que no le quemen las alas de otros.
Ha buscado su luz.
Y qué luz.

Ojalá aún me reconociera 
cuando me descubre por las calles,
cuando le robo las margaritas 
o le atraso la hora del reloj.

Se ha convertido en todo 
lo que yo me negué a esperar.
Ella lo ha encontrado.

Ya no tira piedras a la luna,
baila para ella sin preocuparse 
de que su cuerpo desnudo se llene de cicatrices.

Ya no le importa que la vean, 
que la miren, que la toquen.
No le importa que la vida le pelee las jugadas.
Su guerra no la gana nadie más que ella.
Espada en mano y armadura de experiencia.

Le ha crecido el pelo.
Se lo ha vuelto a teñir.
Las pecas de primavera vuelven a asomar en su cara,
y por esa nariz que siempre odió.

Camina por la vida marcando los paseos de otros.
Acostumbrada a que nadie deje marca en ella,
mas que la lluvia de madrugada 
cuando se cansa de sobrevivir.

Suspira.
Resiste.
La felicidad no es más que un momento transitorio.
Volverá a sentir.

A veces, mientras el café se enfría, su mirada se vacía.
Me gustaría saber qué piensa,
por qué la sonrisa se le borra a veces,
qué hace que vuelva,
qué la hace gritar,
qué la empuja a subir al edificio más alto,
asomarse al vacío y sentir que las ganas de vivir
son tan fuertes que no la dejarán caer.

A veces acaricio su sombra en mi reflejo,
y sé que me mira de reojo cuando me distraigo.
Me gustaría volver a ver el amanecer en su mirada,
el miedo en su piel
y la valentía coronando su cuerpo.

Me gustaría bañarme en sus recuerdos,
volverme a tener.

Mírala.
Ella me abandonó antes que nadie.
Supo adivinar que quedarse 
no formaba parte de mis planes.
Mírala vivir.
Ojalá pudiera volver a ser ella.

Volvamos a casa




Me tumbo, cierro los ojos y escucho.
Escucho el repiqueteo de las gotas en la ventana,
el rugir del viento enfadado,
el crepitar de la llama que tiembla,
lo que dura un parpadeo de tu mirada.

Escucho y tiemblo
al oír tu sonrisa en cada suspiro,
la aspereza de las sabanas en tus manos,
el vendaval de tus pestañas
y el grito de guerra cuando buscan 
y no encuentran las cosquillas.

El silencio del reloj que espera sobre la mesa 
a que nos decidamos a empezar el día,
el pelo que resbala en tus caricias cada mañana
y el quejido de mis gafas cuando las abandono 
para ver un cuadro más bonito.

La luz que te brilla en las alas,
que me cuenta tu libertad
las veces que te has tirado de algún séptimo piso
y lo mucho que deseas seguir volando.

Escucho las llaves sobre la mesa
y el crujir del pasillo te delata.
El latido acelerado de nuestro corazón,
nuestro de tuyo y mío,
nuestro de mío para ti.

Escucho tu mirada en la mía,
tus labios que cantan para disimilar que quieren acercarse,
la melodía del peligro,
los segundos de silencio que cuesta decidirse a atacar.

Tus sueños sobrevolando los míos
en un avión con poco combustible
y ningún aeropuerto en el que aterrizar.

Mi respiración entrecortada
cuando me doy cuenta
de que has amanecido.

La tormenta de tu mirada,
que cambia el tiempo
con solo pestañear.

Ven, túmbate conmigo.
Escuchemos el roce de nuestras manos,
el intento de huida de la piel,
las alarmas activadas cuando se pierde la cabeza,
las carcajadas de dos cuerpos que se atacan por primera vez.
Volvamos a casa.

Llegaste



No temas,  
yo tampoco conozco besos de regreso sin pudor 
ni adiós sin dudas. - V.M.

Sin excusas ni golpes en la puerta,
llegaste anunciando el vuelo de vuelta
que me tocaba coger.

No me intentaste convencer,
no fuiste otro
y nunca quise que lo fueras.

Supongo que fue la vida
quien se empeñó en golpearnos
y dejarnos cicatriz.
La que decidió que la herida
se abriera antes de tiempo.

No conozco a nadie
capaz de encender la vela
en plena tormenta,
pero al menos tú lo intentaste.
Y lo intentaste tan fuerte
que abrí los ojos y te vi,
robándome el aire
y ahuyentando mis colores.

Llegaste desabrochándome el alma a bocados,
la piel a miradas
y la vida en el momento en que me invitaste a desayunar.

Yo no soy de esperar por adelantado,
de robar las cartas y asegurar tu estrategia.

No creo en momentos sin miedo,
en miradas sin ganas,
ni primeras veces sin amor.

Llegaste revolucionándome entera,
con mis pelos de loca
y tus mil maneras de abrazar.

Llegaste para quedarte a pesar de mi advertencia,
y cuando me di la vuelta,
sin tiempo a desear,
hiciste de mi prudencia una leyenda por el camino.

No creo que llegaras sin querer,
y me encanta.
No siento indiferencia ante tu mirada
y estos sueños que se revuelven
no dejan quieta la locura que derramas,
que me inunda
que me vuelve cuerda
y me invita a atacar.

Cuando llegue el momento,
te invitaré a venir con vino de por medio.
Es hora de alargar la tarde,
echarle horas a la piel,
cantarte al oído
cuánto te agradezco que llegaras.



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