¿Por qué?



"Cantas... De sobra sabes que tú eres la primera".

¿Por qué me quieres?
¿Por qué? Si yo te quiero con toda mi alma pero al mismo tiempo te odio.
¿Por qué me quieres? Si me paso la vida pensándote, pero no te llamo, no te hablo, no te siento... Solo te imagino.
Y te miro y tú me miras. Y me da mil vueltas la cabeza. Y en la intimidad de la noche me sonrojo, pero no me atrevo. 
Atrévete tú. Porque te estoy esperando. Porque yo he sido valiente pero no lo suficiente. Porque me tocas y mil olas arrasan mi corazón. 
Y te miro y no siento.
Y te imagino y te quiero.
Y que los demás miren, que toquen, que huelan, como perros cazando su presa. Pero su presa es mía. Porque yo quiero oler, tocar, mirar. 
Quiero sentir la tierra que emana de tus huesos, el agua que sale de tu boca, la sangre de tu ser. 
Pero querer es querer. Y ser valiente no es suficiente. 
Yo soy valiente. Y quiero. Pero por mucho que quiera no quiero bien. Porque este ser de alma y carne que soy no me deja sentir, no me deja vivir, no me deja tenerte. 
Se me remueven los sesos y se me resfría el alma. 
La luna es testigo de que lo intenté. Y no supe hacerlo. Entre mantas luché e intenté desenredar este cuerpo mío que suda lágrimas. Pero no fui capaz.
Este amor desesperado lucha por cortinas que guarden su vergüenza y sirvan de vestido para sus penas. Esas que esperas que un día se vayan, pero que yo sé que no. Que estas llagas queman en lo más profundo y no se marchan.
Entiérrame en la arena y aléjame de ti. 
No me olvides, porque te he querido. No me quieras, porque yo no te amé. 
¿Por qué me quieres? Si sabes que nunca te podré querer bien. 


La Novia




“Porque me arrastras y voy,
y me dices que me vuelva
y te sigo por el aire
como una brizna de hierba”

La luna se despide al alba, los pájaros cantan y la sangre emana de tus ojos, de tu boca, de ese cuerpo que despide olor a tierra por cada poro. Miden las ramas tu cintura y te dejas tocar, ay bella dama, te dejas tocar como pintura.
Y cada ojo un amor y en cada trenza un destino. El río te lleva pero se tiñe de rojo en su recorrido. Déjate llevar, bella dama, déjate llevar por las aguas que guiarán tu camino.
Hoy la luna saluda contenta, hoy sigue tus pasos con su luz. No tengas miedo, alma rebelde. Perdida entre hiedras de cristal, cortan tus pasos y separan tus piernas. Ay bella muchacha, que el galope de tu alma no te produzca hastíos.
Y cada paso, otro deseo, y cada chispa, otra mirada. Que tu melena al viento luzca y amedrente esa furia, esas ganas que le tienes al destino. Que mil golpes en la cabeza sientas, que mil cristales clavados en vena te acribillen. Y que esos llantos que ahogas te inunden como barco naufragado, caballo desbocado, espina de azufre.
Porque uno es aire, y el otro es tierra. Y la culpa no es de nadie. Échasela a la luna, que te visita en sueños, que te aclare las dudas y que te quite los miedos. Que cristales tienen todos, pero más grandes unos que otros, y que sólo quien se atreve es de hueso y es de carne. Es de aire, de tierra y de sangre.




El gran arte es desgarrarte por dentro, sentir las entrañas explotar y morir de impotencia. Sentirlas arder. Llorar y reír, y volver a llorar. Sentir cómo te come, pedazo tras pedazo, el alma, y lo convierte en migajas.
Esa historia que no te deja escapar y se queda para siempre ahí guardada, en un cajón sin llave, de esos que abres y huele a hogar. A veces esas flechas van directas al corazón, que se encoge y se convulsiona frente a la grandeza. La belleza. La emoción.
La Novia es un baile continuo de convulsiones y llantos, de pieles al sol de verano y fuegos fatuos. Puro talento. Pura belleza. 


Banda Sonora: Dice La Nostra Novia

Banda Sonora (Shigueru Umebayasi)




Fuego


"Por más que nos hacíamos los fuertes,
en el fondo tú el valiente que nos animaba"


Ahora bailas sola. El fuego se aviva y consume tus ganas. Ojos te miran. Ojos que cautivan y espantan esa dura determinación. Y ya no te atreves. Las lágrimas fluyen por tus mejillas después, pero no importa, porque él sigue contigo, de otra forma. Le agarras. Y le sueltas. Y le intentas soltar de tu alma también. Resulta casi imposible deshacerse de una espina clavada en el corazón. Sonrisas suaves y manchas oscuras en tu mirada. Claros de luna que pronto se esconden. Luciérnagas que se apagan. Ya no habrá historia, ni vida, ni mantas calientes. Sólo quedará el recuerdo y el deseo de volver a agarrar para no soltar jamás. La danza continúa e ilumina la luna tus dulces penas. Esas penas que arrastra el alma. Que arrancan ramas y levantan tierra, rojiza y amarga como la sangre. La noche contempla y permanece callada, pues admira la brisa que brota de tu aliento, de tus venas, y que se lleva el dolor mezclado con agua, aire y tierra.



Popular Posts

Like us on Facebook